Estuve mucho tiempo buscando trabajo sin resultados. Sentía que algo me frenaba, aunque no sabía qué era. En la terapia salió un conflicto emocional que tenía guardado desde hace años y que estaba afectando mi confianza. Fue como soltar una carga que ni sabía que llevaba. Después de eso, todo empezó a moverse: me llamaron de un trabajo al que ya había perdido la esperanza. Sentí que algo dentro de mí se destrabó. Realmente fue un antes y un después.
Testimonio Alejandro
Desde que nació mi hijo vivía con una angustia constante, como si algo malo fuera a pasar. No lo entendía, solo sabía que me sentía agotada, ansiosa y sin disfrutar la maternidad como quería. En la terapia salió un miedo profundo que venía desde mi infancia. Poder soltar eso fue liberador. Volví a sentirme tranquila, más presente y con ganas reales de disfrutar a mi hijo. Fue como volver a mí
Testimonio Salomé G.
Nunca había probado algo como esto. Llegué a la terapia agotada, con un dolor en la espalda que ya se me había vuelto parte del día a día, y con una sensación de cansancio emocional que no sabía cómo soltar. Desde que comenzó la sesión sentí algo distinto… el sonido de los cuencos me hizo cerrar los ojos y soltar, como si por fin mi cuerpo pudiera respirar profundo. Y los imanes… no sé cómo explicarlo, pero sentí como si mi energía se ordenara.
Testimonio Andrea A.